¿CUÁNTO DEBO DAR A LA OBRA MISIONERA?

1. Si me niego a dar a la obra misionera este año, prácticamente estoy votando a favor de llamar a los misioneros que regresen.

2. Si doy menos que antes, favorezco una reducción de misioneros en proporción a mi contribución reducida.

3. Si doy la misma cantidad que antes, favorezco mantener el territorio que se ha conquistado para Cristo, pero estoy en contra de avanzar.

4. Si incremento mi ofrenda misionera más allá de años pasados, entonces estoy a favor de avanzar y conquistar territorio nuevo para Cristo.





“Los cristianos hoy en día gastan mas en comida para sus mascotas, que lo que contribuyen a las misiones.” Leonard Ravenhill


BBVA BANCOMER
No. de Cta 1137114117
A Nombre: Donald E. Kennedy

“Más bienaventurado es dar que recibir…” (JESÚS)


A menos que nos enfoquemos en las etnias no alcanzadas, otras necesidades llenarán nuestras vidas.”
Norm Lewis




"El mundo no necesita sermones; necesita un mensaje. Puedes ir a un seminario y aprender cómo predicar sermones, pero tienes que ir a Dios para conseguir un mensaje." Oswald J. Smith


lunes, 20 de octubre de 2008

Esmeralda

En este viaje aprendí que muchas veces no valoro lo que tengo, pensaba que no era suficiente, pero me di cuenta que hay personas que tienen menos que lo que yo tengo, y hasta puedo compartir de lo poco que según yo no tenía.
Aprendí a pasar tiempo de calidad con Dios y contarle cada uno de mis sentimientos, cualquiera que estos sean.
Ahora que estoy en casa, escuela, iglesia, etc., Mi realidad actual hay cosas que me absorben y distraen, pues sigo siento una chica normal.

Mientras estuve en este viaje, Dios puso en mi mente, que tenía que aprovechar el tiempo que estoy en la universidad para compartir de su amor con mis amigos en la escuela, aun que antes ya lo había hecho pero ahora espero que sea parte de mi vida diaria, aun que no es fácil, creo que Dios me pone oportunidades y me guía para ser un testimonio en mi universidad.

viernes, 17 de octubre de 2008

Roberto Perez

En el mes de Julio, Dios me permitió ir a Honduras en un viaje misionero por un mes junto con una odontóloga de Oaxaca, un estudiante de medicina de Monterrey y uno de psicología de Tamaulipas. Meses atrás cuando el coordinador de misiones del ministerio estudiantil me avisa que había la posibilidad de ir a Honduras en un viaje misionero, me puse a orar para que Dios confirmara si quería que yo fuera y El confirmo a la oración. Para mi era muy difícil el poder ir a este viaje que para los demás, pues soy del estado de Tamaulipas y he estado viviendo ya varios meses en Michoacán compartiendo con estudiantes, y el estar lejos de tu familia, amigos e iglesia que son quienes te pueden apoyar, complicaba mas las cosas que implica el hacer un viaje fuera de tu país.
Yo no tenia pasaporte pues nunca había salido de México, no había forma de tramitarlo en la ciudad donde vivia, me puse a orar por eso pensando que lo mas probable era que no iría a este viaje, tenia dos opciones: ir a Guadalajara a tramitarlo o ir a Morelia, ambas opciones serian un gasto extra y mi economía no era lo suficiente como para ir y aparte pagar el tramite, continúe pidiéndole a Dios que me confirmara, me fui a informar y me dieron una cita para iniciar el trámite, fui ese día y tenía que hacer el pago en el banco, al ir al cajero mi sorpresa fue que tenia en mi cuenta lo necesario para pagar el pasaporte y un poquito mas para pasar esa semana. Allí Dios me confirmo que el pasaporte no seria impedimento para que yo fuera, me lo entregaron a la siguiente semana de haberlo tramitado.

Para ir a Honduras se nos sugirió al equipo que nos teníamos que vacunar contra Hepatitis B.
Un día después de haberle pedido al Señor que me confirmara por medio de personas, fui al tecnológico en donde he compartido con estudiantes y ese día había una campaña de vacunación, me acerque a una enfermera y le pregunte contra que era la vacuna y ella me respondió “!contra hepatitis B¡” inmediatamente le dije que me la pusiera pero como se habían terminado, fui al día siguiente y me la puso y después del mes me pusieron otra. Eso para mi era una confirmación mas de parte de Dios que me daba mas confianza y tranquilidad en El, aunque siendo sincero, muchas veces mas llegue a pensar que aun con las vacunas puestas y el pasaporte en mano, no iría a este viaje sino juntaba el dinero necesario.

Por fin llego el día en que teníamos que salir y al estar en Oaxaca horas antes fuimos a revisar al cajero para ver cuanto tenia en mi cuenta juntado, solo había $5100, la iglesia en matamoros, amigos y conocidos me apoyaron con lo que pudieron al enviarles correos sobre el proyecto, pero necesitábamos mínimo $7000 y no los tenia. Sin embargo aun así decidimos que iría sin tener lo necesario existiendo la posibilidad de no regresar a México en la fecha señalada sino tenia para mi regreso. Emprendimos el viaje hacia Honduras los 4 y yo no podía creer que fuera en el autobús juntamente con los demás, salimos un domingo de Oaxaca y llegamos el martes por la noche a Tocoa.

Aqui conocimos al misionero Pablo Hernadez,
a su esposa e hijos y pude ver la alegría en su rostro con que sirven al Señor.

Dos días después partimos a Pla playa una aldea de Garífunas, para esto llevamos nuestra propia comida porque allí solo hay una tienda y quien puede comprar en esa tienda es porque tiene dinero, eso es lo que suponen ellos, para llegar es necesario pagarle a un chofer que nos lleva en su pick up repleta de maletas y cosas y aparte como 15 personas arriba y se hace un recorrido como de 5 a 6 horas entre caminos a la orilla del mar, las olas pegan en las llantas de la camioneta y se cruzan tres lagunas en una balsa, se monta la camioneta sobre la balsa con todo y pasajeros arriba y un muchacho jala con una cuerda que esta sujeta al otro extremo de la laguna todo el peso de la pickup y así es como cruzamos en la balsa jalados por un muchacho. En la ultima laguna que debíamos cruzar observamos que se había hundido una camioneta como en la que íbamos porque la balsa en la que iba había perdido el equilibrio por contrapeso, allí consideramos la seriedad del asunto así que nos distribuimos alrededor de toda la camioneta sobre la balsa, no nos queríamos ni mover considerando la posibilidad de que nos podíamos voltear.

Después de cruzar las lagunas sin ningún problema, por el camino nos topamos con una camioneta que venia en sentido opuesto al nuestro y justo cuando pasábamos frente a ellos como a medio metro, un hombre de los que iba atrás en la caja se nos quedo viendo y empezó a disparar con un arma al aire, nosotros nos asustamos y nos agachamos un poco como pudimos y el misionero con su voz dijo: ¡Padre, reprende a satanas y sus demonios y cálmalos en el nombre de Jesús¡ al escucharlo me di cuenta y entendí el terreno que estábamos tocando y que alguien no estaba nada contento con nuestra llegada; el enemigo.

Para poder llegar a Pla playa, es necesario abordar una lancha, no hay garantía de cuantas horas se harán exactamente en el viaje todo depende del clima, finalmente llegamos a Pla playa, allí conocimos a Bencho el primer hombre que conoció a Jesús en esa aldea, durante esa semana conocimos también a los pocos cristianos que hay y se reúnen en un lugar a adorar a Dios como a 40 metros del mar y se llegan a juntar a lo mucho 15 personas pero lo hacen con un amor y entrega que te contagian su forma de hacerlo.